Es más, mi
esposa después de 5 años de casados (actualmente tengo 14) se dio cuenta que
contra los Jets no iba a poder y ya sabe que de septiembre a enero de cada año,
no hay ningún plan que valga si hay juego de los Jets; es más, ya hasta checa
el schedule antes de hacer planes. Era para ella aceptarlo o el divorcio y pues optó por
aceptarlo, bien por ella.
Hace 8 años me
armé de valor y decidí hacer realidad uno de mis sueños, ir a un juego en vivo
de los Jets. Fue en San Diego en el 2004, (por cierto ganamos), y el problema
es que ir fue como consumir la droga más potente que hay, te haces adicto
instantáneamente. Después de ese juego he regresado 8 veces más a ver a mis
Jets a diversas plazas: Arizona, SD 3
veces, Dallas, N.Y. y tengo la gran fortuna de que cuando voy a verlos regularmente
ganamos, tengo el nada despreciable record de 7-2 incluido una victoria en Play
Offs en el 2005, vs Chargers en O.T.
Bueno, aclarado
esto, debo decir que en mi agenda estaba como siguiente destino Miami y aunque
no estaba claro el año, de repente se me puso de modo una invitación para ir
entre semana a Atlanta, Georgia y pues organice el regreso a México pasando por
Miami para ir a ver a los Jets.
Es importante
señalar que cada vez que voy la paso mejor y es debido a que uno adquiere la
experiencia para gozar el TAILGATE al máximo, déjenme decirles que en mi
opinión es casi igual sino más divertido que el partido mismo y entre mejor lo
organizas la pasas mejor.
En compañía de
mi amigo Larry y contando con la fortuna de contar con una excelente amiga de
mi juventud que vive en Miami y a quien re-contacté por Facebook (Bendito seas Facebook),
organizamos todo lo previo para el domingo tener todo listo. Entre los utensilios
básicos no pueden faltar: hielera, asador portátil, cervezas (muchas), Tequila,
vino tinto o lo que cada uno guste tomar de alcohol. En el TAILGATE se puede tomar
alcohol sin restricciones y eso es una maravilla, dentro del estadio no pasa lo
mismo.
Llegó el domingo
y 4 horas antes del juego estábamos llegando a las inmediaciones del SunLife Stadium,
las filas de carros con logos y banderas de los Dolphins es como las migajas
que Hansell deja para encontrar el camino a casa, basta seguir uno de esos autos para llegar sin problemas al estadio. Al
llegar te cobran 25 dólares por pasar al área de estacionamiento, allí te pones
donde dios te dé a entender, pero “ojo”, es muy importante escoger un lugar
cerca de amigos Jets a quienes podrás identificar sin problema por sus
vestimentas y banderas en los carros.
Ya instalados en
nuestro lugar bajas todo el armamento de la cajuela o portaequipaje del auto, y
tomas tu zona de convivio. Nosotros llevábamos las Mexicanísimas carnes para
azar, queso para hacer quesadillas, (tortilla de maíz o harina con queso
derretido dentro), chiles, aguacates, cebollitas, salsas, refrescos y cervezas,
“muchas cervezas”. Al lado nuestro se posicionaron unos amigos ecuatorianos, venezolanos
y panameños que le iban a los Jets obvio y con quienes de inmediato hicimos
química, los dos grupos se convirtieron en uno solo.
Si de entrada
nos habíamos caído bien, el flechazo de simpatía fue instantáneo cuando el
líder de ellos Chris (Un abrazo hermano donde quiera que estés) se acercó con
una botella de Tequila blanco (yo soy de la tierra del Tequila, Jalisco), y
pues un brindis con tequila blanco, derecho, en ayunas y a las 9 de la mañana,
cae al cuerpo como autentico inhibidor de timideces y complejos, y ahí mismo
empezó la fiesta.
Lo increíble del
TAILGATE es que todos convivimos como si fuéramos unos mismo, a mí me encanta
agarrar mi cerveza y caminar por todo el estacionamiento del estadio, y
acercarme a cuanto tío veo vestido de Jet, y con solo decir el salvoconducto de: J-E-T-S, JETS, JETS, JETS. Te reciben con los brazos
abiertos y te ofrecen una cerveza o un bocadillo de lo que ellos cocinan. En
realidad más que comida para uno se trata de llevar comida para compartir con
los demás, mis paseos por el estacionamiento duran hasta que me dura la
cerveza, por eso me gusta comprar las de 16 onzas o un litro, así me dura más
el paseo, ya que acaba la cerveza en turno regreso a la base, donde sigo
conviviendo con mi gente y mis vecinos de parking y donde así como yo salgo a
conocer amigos, llegan tíos vestidos de Jets a brindar con uno.
Además de todo
esto, ustedes dirán y los Miami fans qué? Están pintados o no existen? Claro que existen; por cierto vaya que van delfinas hermosas al estadio; pero a
diferencia de otros deportes, aquí puedes convivir sin riesgos entre unos y
otros, (ya quisiera verme paseándome con la camisa del rival en un clásico de
futbol en mi país, no salgo vivo!), y aunque éramos minoría, obvio por ser en
Miami, los Miami fans se limitan a gritarte burlas y sarcasmos que ni molestan. Es más son medio bobos para tirar burlas, y casi su mayor burla es gritar
J-E-T-S, Sucks, Sucks, Sucks. Yo no me molesto, al
contrario entre más gritan, más energía me dan para sacar el orgulloso pecho
Jet. Sus burlas son para mí como el Sol para Birdman o las espinacas para
Popeye.
He de confesar,
que la sensación máxima fue una máscara de luchador (Lucha libre mexicana), que
me regaló un amigo que es totalmente de los Jets; gracias Refrix tu mascara
fue un éxito. Es uno de esos regalos
simples pero acertados, y con esa mascara era un imán para las fotos, entre su
servidor y mi amigo Larry compartimos por momentos la máscara y nos dimos
cuenta que era un imán para atraer a las fans de Dolphins a las fotos del
recuerdo, así que mi amigo Larry que es un tiro para eso de las fotos con
mujeres, se la adueñó y no me molestó, al contrario yo era el que tomaba las
fotos mientras él le daba vuelo a las chicas guapas.
También mis
vecinos se sacaron un diez, al organizar unos juegos de competencia de toma de
cervezas donde vaciaban dos litros de cerveza en un embudo y 5 o 6 tomábamos en
diversas mangueras al mismo tiempo y el ultimo que acabara tenía que empinarse
una copa de tequila como castigo, así que debo confesarlo, más de una vez hice
trampa y me dejé perder, así que me tocó tequila para dar y repartir, vaya que
me divertí!!
En condiciones
normales no bebo tanto y si lo hago me emborracho rápido, pero ahí por el
calor, la humedad, la euforia y la adrenalina, como que el alcohol pierde su eficacia
en mí, no puedo decir lo mismo de todos, ya que las chicas que nos acompañaban
vaya que salieron mareadas y caminando como en zigzag...
Cuando faltan 30
minutos para el kickoff, es hora de guardar todo en los autos y dirigirse al
interior del estadio. La caminata es también muy divertida porque es donde se
converge en mayor número y los gritos de J-E-T-S, JETS, JETS, JETS y sus respuestas de J-E-T-S, Sucks, Sucks, Sucks parecen competencia de estudiantinas o rondallas. Yo creo que en toda la NFL nos
envidian porque nuestro J-E-T-S, JETS, JETS, JETS es corto,
potente, pegajoso y único; no conozco un grito de guerra mejor que ese en
ningún equipo de la NFL. Las fotos de Larry con las chicas seguían por
borbotones y ya en el interior del estadio tomamos nuestros lugares, parte alta
y para ubicación atrás de las H donde Carpenter falló el Field Goal del Over
Time.
En el estadio,
ahí si me concentro en el juego y pongo atención a cada jugada, aquí sí mi vejiga
me jugó una mala pasada, porque tuve que salir varias veces al baño a regresar
las cantidades industriales de cerveza y tequila que había bebido. Aprovechaba
los tiempos muertos y la ventaja es que no pierdes mucho detalle porque en los
pasillos del estadio hay televisiones que pasan en tiempo real lo que pasa en
la cancha, por ejemplo la escapada de Kerley en el 3er cuarto me la chuté (observé) haciendo fila para comprar cerveza.
La cerveza vale
7 dólares en el interior del estadio y sólo te venden 2 por viaje pero al
final del 3er cuarto dejan de vender la última, de hecho tuve suerte porque
precisamente estaba pagando 2 cervezas, cuando llega el aviso de que se
suspende la venta de alcohol, pero como ya había pagado fueron las últimas 2
cervezas que se sirvieron. Me las llevé al grito de una docena de Miami fans
de lucky gay, o suertudo.
Ya del juego que
les cuento. Ustedes lo vieron, para mí fue el clásico juego que le he visto
decenas de veces a los Jets, donde son mejores que el rival pero no aprovechan
sus oportunidades, y al final sufres. Yo creía que perdíamos el juego,
honestamente la patada de Carpenter de overtime pensé que había sido buena,
porque justo cuando venía en nuestra dirección vi que iba para adentro pegada
al poste y como frente a mí saltó un tipo fan de Dolphins cuando venia el balón
ya no vi el final del viaje del balón; pero supe que se había fallado cuando vi
saltar a los jugadores de los Jets incluidos Sparano y Rex Ryan. Ya en la
repetición vi como al final hizo un efecto hacia afuera la bola.
Después de eso,
lo más hermoso del juego vino en tanda de 2: el pase de Sánchez a Holmes fue
como una daga que enterrábamos en todos los fans de Miami y también la patada bloqueada
que yo supe desde el primer momento que no valía, porque vi al árbitro mover
sus manos antes del centro; así que cuando los miles de villa-melones
(aficionados que no saben mucho), de los Dolphins saltaban creyendo que la
habían bloqueado, yo me volteé a buscar a fans de Jets que con la mirada
coincidimos sin decir una palabra, que eran unos ilusos ya que una sonrisa tipo
Joker de Batman nos llenó el rostro sabiendo que teníamos otra chance. Después
vino la patada de Folk y el inconmensurable triunfo de los Jets y la salida
triunfal del estadio; donde imagino debe ser muy parecida a un matador de toros
que sale en hombros, porque los miles de Miami fans, que se acabaron sus
gargantas de gritos y burlas, mágicamente se habían vuelto mudos y lo único que
se oía por todos lados eran los J-E-T-S, JETS, JETS, JETS a muchos de los cuales me uní. Los abrazos y los choques de manos
se hicieron presentes y el regreso a la base fue sólo para hacer comentarios
finales, abrazos y despedidas con nuestros nuevos hermanos Jets, y el regreso a
casa después de un día épico.
Por si esto
fuera poco, la cereza del pastel llegó en el hotel. Llegué cansadísimo y medio
borracho al hotel, así que en cuanto mi hermoso cuerpecito toco colchón, quedé dormido profundamente. La cruda o resaca me levantó y mientras fui al
frigorífico por una cerveza, prendí la tele sólo para
ver los segundos finales del Patriots-Ravens; y cuando vi los berrinches de
Bellicheat, la cruda se me quitó de forma mágica y vino la carcajada, así
terminó un domingo perfecto de NFL.
Hay muchos
detalles que se me escapan, pero solo les puedo decir que si de verdad aman
este deporte, deben de hacerlo por lo menos una vez, y ya de ahí si se hacen
adictos o no es su problema, yo cumplo con advertirles que el abuso en el
consumo del TAILGATE es nocivo para su salud.
Insisto, alguien avísele a Rex por favor que cuando he ido al estadio en persona los Jets han ganado 7 de 9, a como es Rex, capaz y me consigo patrocinio gratis y permanente a los juegos de los Jets.
Les adjunto unas
fotos con algunas postales de esta aventura y agradezco la invitación a Directo
Jets, por convencerme de hacer esta narración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario